Podemos apreciar el color porque existe la luz. ¿Habéis imaginado un mundo sin colores? La vida en blanco y negro.
La luz que nosotros percibimos como luz blanca está formada en realidad por infinidad de colores. El físico inglés Isaac Newton pudo comprobar como un rayo de luz atravesó un prisma de cristal y se descompuso en un haz de rayos luminosos de muchos colores.
Con este descubrimiento trató de explicar la formación del arco de iris cuando los rayos de la luz del Sol atravesaban pequeñas gotas de agua contenidas en la atmósfera terrestre con el color rojo hacia el exterior y el color violeta hacia el interior de este fenómeno óptico y meteorológico.
Cuando la luz blanca incide sobre un objeto, dependiendo del color que este tenga, su superficie absorbe determinadas ondas y rechaza las demás. La onda de luz rechazada es la que nuestros ojos perciben como podéis ver la siguiente imagen:
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